Preguntas frecuentes

Para saber si  la tienes puedes compararte con algunas de las siguientes repercusiones de una adicción: negar  que tienes el problema aún cuando todos te lo hacen ver; tener dudas sobre tu consumo;  sentir obsesión y compulsión hacia alguna(s) sustancia(s);  que se vea afectado tu entorno familiar, social, laboral y/o escolar debido al consumo; afirmar que vas a dejar la(s) sustancia(s) sin poder conseguirlo, chantajear y endeudarte para consumir; buscar excusas para todos tus fallos; ser deshonesto o egoísta con los que quieres con tal de consumir, etc.

 “La adicción es un problema de salud. Aceptar que necesitas ayuda es el primer paso para tu rehabilitación”.

Si te han avisado tus amigos, tu familia, en el trabajo,  de que “te pasas” cuando sales por ahí. Si por más que intentas consumir menos, no eres capaz de hacerlo.  Si gastas más de lo previsto en droga o similar, si prefieres consumir a muchas otras cosas que hacías antes.

Debes pedir una cita para que nuestros profesionales valoren tu caso y te ofrezcan opciones de tratamiento.

El consumo de drogas altera la voluntad, por lo que aunque estés muy convencido de dejarlo por tu cuenta, ACLAD te ofrece ayuda profesional para que puedas lograr tu objetivo.

Informándote y solicitando la ayuda de especialistas en adicciones en centros profesionales acreditados.
La persona que tiene un trastorno adictivo necesita un tratamiento, puedes ofrecerle tu apoyo para ser tratado. No le culpes, no le ataques, no le reproches. Pero ofrécele una única opción para tener ese apoyo: hacer ese tratamiento y, sobre todo, no colabores en el mantenimiento de su adicción.

Debes guardar la calma y no enfrentarte a la persona intoxicada, ya que puede actuar de manera poco congruente. Se recomienda llamar a emergencias si la persona presenta trastornos conductuales, lentitud  generalizada, euforia, falta de coordinación, marcha inestable, disminución de los reflejos, temblores, alteraciones respiratorias, rigidez muscular, boca seca y pastosa, convulsiones, angustia o paranoia. La pronta atención salva una vida.

No se puede determinar un tiempo de vida porque cada droga y cada organismo son diferentes. Lo que sí es indiscutible es la reducción en la calidad de vida de las personas adictas. Una vez que se genera la adicción, la vida del adicto se va deteriorando hasta romper sus lazos familiares y emocionales, pérdida de trabajo, etc.

El consumo de drogas afecta a todo el entorno familiar del adicto. Es muy habitual la disfunción y desintegración familiar, el abuso físico, psicológico, etc. Afecta a la integridad de la familia. Provoca en hijos y parejas,  inseguridad, miedo, temor, soledad, frustración, tristeza, culpabilidad, ansiedad, etc..

Cuando el adicto experimenta el abandono, rechazo, soledad y otras pérdidas asociadas a su consumo  y esos sentimientos empiezan a dar un contrapunto negativo a ese consumo. Se toca fondo físico, emocional, familiar y económico, lo que muchas veces sirve de aliciente para querer cambiar y pedir ayuda.

Todas las adicciones se desarrollan a partir de un consumo esporádico. Los consumidores de drogas piensan que no caerán en la adicción y que controlarán su manera de consumir las drogas y/o el alcohol. Las personas con trastornos adictivos comenzaron probando y seguro que jamás quisieron ser adictos, pero hubo un momento en que cruzaron la línea invisible entre el consumo y su adicción. La mejor manera para no perder es no jugar. No pruebes.

Una sobredosis puede acarrear peligro de muerte. Se produce por la llegada masiva de droga al organismo. Produce un efecto tóxico inmediato que es distinto según la droga suministrada. Se trata de una intoxicación aguda, potencialmente letal, que produce pérdida de la conciencia, lentitud del pulso cardíaco y respiración, y puede conducir a un estado de coma y riesgo de muerte. Se debe avisar a emergencias. Una intervención de urgencia a tiempo puede salvar una vida.

Los riesgos del consumo durante el embarazo suelen ser graves y preocupantes.

Las drogas consumidas no sólo daña al organismo de la embarazada, sino también al bebé a través de la placenta pudiendo provocarle daños físicos y mentales severos. Incrementa el riesgo de mortalidad infantil, genera deformidades en el desarrollo del corazón, extremidades, sistema nervioso, ojos y en la fisonomía. Existe el riesgo de un aborto espontáneo o que el bebé nazca muerto.

Otros problemas asociados al consumo durante el embarazo es que el recién nacido presente síntomas de abstinencia o tenga problemas de aprendizaje y comportamiento.

Cuando el consumo de drogas se convierte en un trastorno adictivo se considera una enfermedad mental; por eso, si además del problema de adicción tienes otros problemas relacionados con la salud mental, el uso de drogas empeora la situación, el pronóstico y la evolución, hace más difícil que la medicación funcione, y dificulta un estilo de vida estable. Muchas personas  a tratamiento por su adicción tenían otra enfermedad mental previa al consumo y, en otras, el consumo de drogas ha facilitado la aparición de una enfermedad mental.